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Así se ve a la minería desde la investigación universitaria

Tres estudiantes de la Facultad de Ingeniería en Ciencias de la Tierra, de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) presentaron un estudio de la minería en el Ecuador. Desde cuatro visiones (legal, ambiental, social y económica) establecieron los retos y oportunidades que la industria ha tenido, tiene y tendrá para el país.

Rocío Estupiñan, Paola Romero, Mishel García, Daniel Garcés y Priscila Valverde se juntaron en el aula de clases para trabajar sobre un tema que las apasiona: la minería. Como estudiantes de la carrera de Ingeniería en Ciencias de la Tierra, estas estudiantes de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) se propusieron condensar en un documento de trabajo el impacto de la actividad minera en la sociedad ecuatoriana, en un momento en que, según dicen, el Gobierno Nacional busca consolidar al sector minero como el segundo sector exportador, enfocando sus acciones en garantizar las inversiones y combatir nuevamente la minería ilegal.

“El Régimen presentó oficialmente la nueva Política Minera del Ecuador 2019-2030 y se encuentran en discusión nuevas reformas a la Ley Minera para incentivar la inversión nacional y extranjera. Además, se desarrolla un mayor control para combatir la minería ilegal, que genera un alto riesgo de seguridad para los trabajadores de las operaciones mineras y para las poblaciones cercanas, debido a los enfrentamientos armados y al lavado de dinero. El objetivo del trabajo es diagnosticar el estado de la minería en Ecuador, en diferentes contextos: legal, ambiental, social y económico”.

Un poco de historia

La minería en el Ecuador inicia aproximadamente en el 3 500 A.C, con la cultura Valdivia, considerada como la primera civilización alfarera de América, la cual realizaba la extracción de la arcilla para la fabricación de las cerámicas. Otras culturas como la Machalilla y Chorrera tuvieron gran importancia en el desarrollo de la cerámica. La cultura Tolita se destaca por sus trabajos con metales, técnicas de extracción, aleaciones, uso del oro, cobre, plata y platino. La cultura precolombina, para obtener los metales, realizaba el bateo de oro en los ríos o la explotación superficial mediante socavones o galerías.

Durante el Imperio del Tahuantinsuyo se aprovecharon principalmente los siguientes recursos minerales: oro, plata, cobre, piedras preciosas y obsidiana. En la época colonial existieron importantes ciudades fundadas por la importancia aurífera: de Sevilla de Oro, Logroño, Valladolid y Loyola. En el siglo XVI existió el desarrollo de la metalurgia precolombina y el auge minero, donde las zonas de mayor productividad fueron Zaruma y Portovelo y su auge minero duró hasta el siglo XVII, convirtiéndose en una actividad marginal hasta inicios del siglo XX, cuando repuntó nuevamente.

A partir de los años ochenta se inició un nuevo auge minero por el incremento del precio del oro. Los mineros artesanales descubrieron importantes yacimientos auríferos: Nambija, Guayzimi, Chinapintza, Ponce Enríquez. Las actividades se concentraron en una minería artesanal que realizaba la recuperación de oro con amalgamación y que presentaba carencia de planificación y tecnología.

Aproximadamente en los primeros años del Siglo XX se inició la pequeña minería. Hasta 1950 se adjudicó a South American Development Company (Sadco) el área minera de Portovelo-Zaruma. Después de su retiro, se creó la empresa estatal CIMA formada por el Municipio de Zaruma y extrabajadores de Sadco. Quebró en 1978. En los noventa se construyeron las primeras plantas tecnificadas para recuperación de oro de pequeña escala usando: cianuración, carbón activado y procesos de electrólisis.

Desde el inicio de la presidencia de Rafael Correa se consideró a la minería como un sector estratégico y se promovió al Ecuador como un país con gran potencial minero. A pesar de no contar con estudios de exploración a escala nacional, se desarrollaron expectativas en base a las experiencias y potencial de países como Perú, Bolivia y Chile.

En el 2010 inició la negociación de los contratos mineros de explotación con los proyectos Mirador, de la empresa china Ecuacorriente, y Fruta del Norte bajo la operación de Kinross Aurelian, primero, y Lundin Gold, después. En ese momento, el Ministerio de Sectores Estratégicos esperaba que los contratos se firmaran antes del 2011 y se hablaba que a finales del 2012 podía iniciarse la explotación minera. Sin embargo, este proceso tuvo retrasos ocasionados por las negociaciones para los contratos de explotación, lo que provocó que dicha explotación de la primera empresa minera a gran escala iniciara en el 2019.

El marco legal

En 1830 se dictó la primera ley para promover el fomento de las minas. Posteriormente, en 1900, se estableció el plazo para el arrendamiento de minas. En 1937 se creó la Ley de Minería que determinó que los minerales que están en el subsuelo son de dominio del estado. En 1991 se dictó una nueva Ley de Minería que incorporó y definió los derechos mineros que provienen de las concesiones mineras de exploración (duración dos años) y explotación (duración 20 años).

En 1997 se aprobó el Reglamento Ambiental para Actividades Mineras, con la finalidad de ser un instrumento normativo para la regularización ambiental nacional del sector minero. En 2009 se expidió una nueva Ley de Minería con el objetivo de promover como un sector estratégico a la minería para que sea atractivo para la inversión de grandes empresas mineras. Además, se definió una estructura institucional del sector minero e incluyó al cierre de minas entre las ocho fases de la actividad minera.

El Mandato Constituyente Minero fue aprobado por la Asamblea Nacional el 18 de abril del 2008, con el objetivo de regularizar las concesiones mineras de todo el país mediante la aplicación de mecanismos de regulación rigurosos, que permitieron fortalecer la interculturalidad del país mediante la protección de los derechos de los pueblos y nacionales, principalmente indígenas y afro-descendientes.

Contexto ambiental

Con el fin de minimizar los efectos que producen las actividades de pequeña y gran minería, se estableció como requisito la elaboración de un plan de impacto ambiental como mecanismo de control, en el cual se consideraran las actividades de mitigación en todas las fases de la actividad minera como la de exploración, explotación y cierre de actividades. Anteriormente, existían cuatro tipos de categorización del impacto ambiental: (1) impactos no significativos que solo necesitaban del registro ambiental para la realización de actividades mineras, (2) impactos bajos declarados en una ficha ambiental, (3) impactos medios donde la declaración del impacto ambiental era compulsiva, y (4) impactos altos donde el estudio de impacto ambiental era un requisito para el otorgamiento de licencias.

Este sistema de escasa aplicación práctica fue reemplazado por dos mecanismos sencillos conocidos como el registro ambiental para actividades de impacto ambiental moderado y obtención de la licencia ambiental para actividades que generen un alto impacto en el medio ambiente. El ente regulador de las licencias ambientales es el Ministerio del Ambiente (MAE) en calidad de su máxima autoridad nacional.

Hoy se procura reducir los tiempos de obtención de estas licencias para asegurar que las empresas u organizaciones interesadas en las concesiones mineras presenten sus estudios de impacto ambiental en un formato no susceptible a cambios de fondo. De esta forma, se agilizaría el proceso de obtención de licencias, lo cual en la actualidad es uno de los principales problemas, ya que está asociado a los cambios frecuentes de las estructuras organizativas, autoridades y del personal de las entidades reguladoras.

Contexto social

Es prioritario que el sector fomente credibilidad y confianza acercándose a la comunidad. En el Ecuador, por ejemplo, se realizan cuatro acciones orientadas a desarrollar el bienestar comunitario y su economía. Esto se traduce en obligaciones económicas por ley, que corresponde a la inversión en el país a través del pago de regalías, impuestos y utilidades. Contratación de personal local y nacional. Desarrollo de proyectos de emprendimiento orientados al sector agropecuario y de alimentos. Y realización de actividades locales que incluyen capacitación, fiestas, inversión en educación y vías.

Es importante reportar que las empresas mineras a gran escala en Ecuador trabajan en proyectos de emprendimiento dirigido a mujeres, a la población indígena y/o local, orientados principalmente a temas agropecuarios y de alimentos. Sin embargo, existe una extensa labor por realizar, especialmente, con el tema del jancheo, ocupación realizada mayoritariamente por el sector femenino. Las jancheras son mujeres cuyo trabajo consiste en recolectar rocas mineralizadas (con presencia de minerales con interés económico) en las escombreras, el cual es el material desechado por las empresas mineras.

Contexto económico

Existen 4 760 derechos mineros debidamente registrados, entendiéndose como aquellos que emanan tanto de los títulos de concesiones mineras, contratos de explotación minera, licencias y permisos, como de las autorizaciones para instalar y operar plantas de beneficio, fundición y refinación, y de las licencias de comercialización.

El 46% corresponde a permisos para realizar minería artesanal, evidenciando que, pese a los esfuerzos y las medidas adoptadas para impulsar una minería con responsabilidad técnica, social, legal y ambiental, el tipo de minería mayormente practicada en el país es del tipo artesanal. Esta genera considerables fuentes de empleo y sustento, principalmente en zonas rurales. Sin embargo, presenta problemas técnico-ambientales, de seguridad y salud ocupacional debido a que las condiciones de trabajo son precarias y con nula aplicación de tecnologías.

Hay cinco principales proyectos mineros estratégicos: Loma Larga, San Carlos Panantza, Mirador, Río Blanco y Fruta del Norte. Y existen seis proyectos denominados de segunda generación: Llumiragua, La Plata, Cangrejos, Cascabel, Curipamba, y Ruta del Cobre. El proyecto Cascabel, concesionado a la empresa SolGold, se posiciona en el ranking mundial como una de las reservas más grandes del mundo en plata y cobre.

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