2025: un año con altas expectativas para la minería en Ecuador
Al menos dos proyectos más de gran minería empezarán sus trabajos de construcción de sus respectivas minas. El catastro minero estaría reabierto a finales del próximo año. Otros grupos de proyectos terminarán con sus fases previas para arrancar la construcción. Son buenas noticias. ¿Los desafíos? El principal: la lucha contra las actividades mineras ilegales. Todo esto en medio de nuevas elecciones.
Ya no es ningún secreto: la minería en Ecuador es la actividad económica que rápidamente se ha posicionado como la que más aporta a la economía nacional y de las que mayor y mejor impacto social genera. Las cifras son demoledoras, según muestra el Viceministerio de Minas.
Principales hitos 2024
El Ministerio de Energía y Minas, a través de la Zona de Coordinación Central, autorizó el período de prórroga por 25 años más para la la concesión del proyecto La Plata. Es decir, se extiende hasta el año 2049.
La firma china Zijin Mining Group invirtió USD 130 millones para el proyecto Warintza, de la concesionaria Solaris. Zijin es una de las empresas mineras de mayor expansión en el mundo en los últimos años, presente en 16 países.
Tras 27 meses de haber iniciado el proceso, la empresa Curimining obtuvo la licencia ambiental para construir una mina en Las Naves, provincia de Bolívar. La producción y exportación podría iniciar en dos años.
La empresa minera británica/latinoamericana de exploración y explotación Quatro Metales se hizo con el 100% de las acciones del proyecto de cobre y oro Paccha Vista Minera, en la región de Zaruma-Portovelo.
El Banco Mundial presentó un estudio sobre la minería ecuatoriana. En el capítulo 4, el organismo exhorta a los ecuatorianos a “poner la minería al servicio del desarrollo económico y social”.
Ecuador cayó a su mínimo en cinco años en el ranking que elabora el Instituto Fraser. La falta de un catastro minero y las dificultades para la obtención de las licencias ambientales, pasaron factura.
En diciembre del 2014, Kinross vendió sus acciones de Aurelian Ecuador S.A. a Lundin Gold. Tras pasar por lass fases de prospección, exploración inicial y avanzada, así como análisis económicos y técnicos de factibilidad, la construcción de la mina Fruta del Norte inició en julio del 2017.
Cascabel, el proyecto de cobre que se considera como uno con las mayores reservas de cobre del mundo recibió el aval para construir la infraestructura. La explotación incluso podría extenderse por 100 años.
Las negociaciones para firmar el contrato de explotación de la mina de oro y cobre Cangrejos, en Santa Rosa, provincia de El Oro, se concretaron. El proyecto está concesionado a la empresa canadiense Lumina Gold.
Lo que se viene
El horizonte tiene un matiz expectante para los ecuatorianos. Solo es mirar las proyecciones.
Para la viceministra de Minas, Rebeca Illescas, es importante construir una política minera a largo plazo, para potenciar aún más a la activiad. “Estamos trabajando en la Agenda 2030 para que los distintos actores de la industria puedan colaborar y aportar, para tener una hoja de ruta para los próximos años”. Para lograrlo, se ha planteado cuatro ejes de gobernanza de los recursos minerales. “Esto es importante porque si no existe una institucionalidad establecida, desde lo público y privado, es difícil. La mineria es un sector sensible y debemos trabajar para recuperar esta gobernanza”.
- Gestión institucional eficiente:
- Depuración y automatización del catastro minero.
- Control de las concesiones.
- Fortalecimiento institucional (proyecto con el BID).
- Política minera a largo plazo.
- Fortalecimiento institucional:
- Ampliación de información e investigación del subsuelo con el mapa geológico.
- Transparencia.
- Combate a la minería ilegal.
- Convenios de cooperación.
- Inversiones y aporte a la economía:
- Firma de nuevos contratos de explotación.
- Análisis de inversiones comprometidas y revisión de avances.
- Nuevas exploraciones en gran minería.
- Promoción de inversiones.
- Social-político:
- Distribución de regalías,. A través de la reforma al Reglamento de la Ley de Minería.
- Patentes.
- Política social para el desarrollo de proyectos.
- Consulta previa.
- Consulta ambiental.
- Política de género.
- Diálogo.
Catastro minero
Desde hace seis años, la expectativa sobre la reapertura del catastro minero ha sido la constante. Varios anuncios se han hecho, a través de las autoridades de turno, afirmando fechas tentativas de ese hecho. Pero no se ha cumplido. Illescas confía, ahora sí, que la reapertura se concrete en el 2025 y aseguró que se harán los esfuerzos necesarios para que se lo realice antes de que se acabe ese año.
“No doy una fecha para la reapertura del catastro minero, porque no me gusta mentir, y después me están pidiendo respuestas. En el 2018, por decisiones políticas se cerró esta herramienta tecnológica útil para entregar más concensiones. En ese momento lo vi como una oportunidad para arreglar la casa y tomarse el tiempo para dar concesiones una vez que se sepa qué existe. Pero ha pasado el tiempo y eso no se ha hecho. Está contratada la herramienta de construcción del catastro gracias a un crédito con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Y no solo es para el catastro, es para ejecutar los cuatro ejes de gobernanza planteados. Hemos pedido acelerar los tiempos, reducir el cronograma, tendremos el primer corte a finales de diciembre para depurar las más de 8.000 concesiones del catastro, para saber qué hacer. Sin embargo, sí debo decir que la política pública ni empieza ni termina con la apertura del catastro”.
‘¿Una gran oportunidad que desperdiciamos?’
Por Pablo Lucio Paredes para Minergía.
La mejora de las condiciones de vida personales y colectivas depende en gran medida de algo básico: actividades que generen más valor agregado de manera más eficiente (productividad). Y además algo esencial: el entorno que permitan lograrlo de la mejor manera.
“La minería cae en la primera definición: es una actividad que genera mucho valor. Solo miremos las cifras de exportaciones del país, ojo esto no es valor agregado y no es toda la producción, solo tomo como una referencia muy visual (millones de dólares en 2023 que es el último año completo). Uno, petróleo: 8 950. Dos, camarón: 7 200. Tres, banano: 3 800. Cuatro, minería: 3 300. Cinco, elaborados del mar: 1 400. Y agrego las remesas que entrarían como ingreso de divisas en el tercer lugar: 5 500. Y esto se logra solo con dos grandes minas formales, ambas en el suroriente del país: Fruta del Norte y Mirador. Si es así de importante ¿debemos empujarla? Sin duda. ¿Tiene potencial para crecer? Misma respuesta, las estimaciones llevan la cifra fácilmente hacia el doble de lo actual, o incluso por encima de los USD 10 000 millones anuales. ¿Genera encadenamientos positivos en la economía? Una vez más: sin duda empleo, transporte, abastecimiento, impuestos y más.
¿Por qué nos quedamos en el camino? Porque falla en muchas aristas el otro elemento: el entorno o instituciones. Uno, defendemos el medioambiente, el agua, el entorno humano y está muy bien, pero lo grave es que no tenemos la capacidad de discutir seriamente (ojo, es un problema de parte y parte) de cómo sí se puede lograr esa protección y al mismo tiempo hacer minería responsable, lo cual puede incluso implicar definir en qué lugares sí y en qué lugares no podemos desarrollarla. Dos, hay muchos intereses ocultos (políticos, mafias) que lucran de mejor manera permitiendo la minería ilegal (la más negativa para el medio ambiente y para el conjunto de la sociedad) y frenando la formal.
Tres, somos en esencia una sociedad de la desconfianza y de la viveza, lo cual lleva a que desconfiamos de los acuerdos a los que podamos llegar y a que, en muchos casos, tengamos la razón porque hay gato encerrado. Cuatro, nunca discutimos algo, para mí, esencial ¿qué hacer con los recursos? El mecanismo actual (igual que en el petróleo) es entregar los recursos al Estado y que éste los reparta, y casi inevitablemente caemos en la “Maldición de los RRNN”, porque nos convertimos en una sociedad repartidora y rentista: no buscamos productividad y valor, sino cómo engancharnos a ese tren de dádivas.
¿Hay mejores soluciones? Claro, una de ellas es que estos recursos vayan a capitalizar un sistema de pensiones profundamente reformado (ojo, no caigamos en la viveza de que se acumulen y malgasten en un sistema no reformado) porque sería la mejor manera de que “los recursos mineros que son de todos, vayan a apoyar a (casi) todos que terminan jubilándose formal o informalmente” es una muy buena manera de caminar hacia la “Bendición de los RRNN”.
¿Podemos empujar la minería de manera sana y positiva? Sin duda, y es responsabilidad de todos.
Futuro minero
Óscar del Brutto Andrade, socio de Coronel & Pérez, y cuya actividad profesional se enfoca en litigios y arbitrajes comerciales, tanto locales como internacionales, analiza en su columna de opinión en El Universo -la cual replicamos- cómo ve el horizonte minero para el país.
“Una de las grandes paradojas de nuestro país es que está ubicado encima de billones de dólares, pero, sin embargo, su población carece de las cosas más básicas. Nuestros niños sufren de desnutrición infantil, nuestros jóvenes no tienen oportunidades de trabajo y la red de seguro social es deficitaria. A eso hay que añadir que el Estado no está en posición de garantizar la energía eléctrica a sus ciudadanos.
“Hace muchos años que se sabe que Ecuador es un país rico en cobre, en plata y en oro. Pero, debido a políticas públicas equivocadas y a un marco normativo absurdo, nuestro país no ha podido beneficiarse de sus propios recursos minerales para solucionar los problemas de su población.
“Hay dos grandes formas de abordar la explotación minera. Según la primera, típica de los países anglosajones, la propiedad de los minerales corresponde al dueño del terreno en el que se encuentran. Acorde a la segunda, propia del resto de países como el Ecuador, la propiedad de los minerales es del Estado.
“El detalle viene al momento de la exploración y la explotación. Países como Ecuador quieren que los beneficios de los minerales sean de propiedad del Estado. Pero, por otra parte, los gobiernos de esos países no tienen ni el capital ni la tecnología que se necesita para descubrir yacimientos mineros y explotarlos. Y es en ese contexto que nace la necesidad de invocar la inversión privada.
“La inversión privada en materia de exploración y explotación minera es muy peculiar. El descubrimiento de una mina de cobre, de plata o de oro puede tardar años, y supone aportar millones y millones de dólares sin tener la certeza de que se vaya a encontrar un yacimiento minero de valor. Una vez que se lo encuentra, generalmente después de varios intentos, entonces hay que realizar otros millonarios aportes para poder explotar la mina. Y los beneficios de las ventas sólo se podrán ver dentro de varios años luego del inicio de la explotación.
“Esta dinámica crea un escenario peligroso para el inversionista. El Estado puede hacerle promesas. Puede decirle que, si decide hacer inversiones, luego puede beneficiarse con una parte de la explotación de esos yacimientos. Una vez que el inversionista ya ha hecho sus inversiones y haya descubierto minerales, el Estado puede aprovecharse. Puede tratar de cambiar los términos del acuerdo después de la exploración, pero antes de la explotación, sabiendo que el inversionista ya ha puesto su dinero y no ha recibido nada a cambio. El problema es que, si el inversionista sospecha que el Estado va a comportarse de esa forma, no hace ninguna inversión y el país se queda, como le ha ocurrido a Ecuador, sin explotar sus recursos minerales.
“Por eso, las leyes deben garantizar a los inversionistas que los acuerdos se van a cumplir. Hay varias vías para hacerlo: contratos con cláusulas de estabilización, tratados de protección de inversiones o sometimiento a arbitraje internacional. Si Ecuador ha de tener un futuro minero, debe empezar por tener un presente de seguridad jurídica”.