Gabriela Rumazo Vela mineria responsable

La abogada que defiende con alma, corazón y vida a la minería responsable

Gabriela Rumazo Vela es una ejecutiva enamorada de la actividad minera. Aunque gran parte de su vida se desenvolvió profesionalmente en el sector petrolero, en los últimos siete años se ha involucrado a fondo en la industria.

Tiene tantas anécdotas que, juntarse con ella para departir, puede tomar un buen tiempo y ser una auténtica terapia de desestrés. Y no solo son las anécdotas en sí mismas, sino la manera de narrarlas. Con Gabriela Rumazo Vela, no hace falta romper el hielo, su gran carisma hace que los espacios se vuelvan amistosos. Y cuando el rol le requiere ser anfitriona, pocos le compiten en generosidad.

Nacida en Quito, madre de una hija y habilísima conductora, esta abogada acumula un poco más de dos décadas de experiencia profesional, desde el ejercicio de su profesión en el bufete de abogados Pérez, Bustamante y Ponce, pasando por una trayectoria de diez años en Perenco, tanto en Ecuador como en Colombia y Brasil, hasta el desafío de poner a la consultora Keyword en el mapa de las más importantes firmas de asesoría en Política, Economía, Legal y Comunicación estratégica. A todo este portafolio hay que añadir que es Directora fundadora de Women in Mining (WIM) Ecuador y miembro del Comité de Comunicación y Legal de la Cámara de Minería del Ecuador.

Abogada por la Univesidad SEK Internacional, Master en Informática y Derecho por la Universidad Complutense de Madrid e Instituto de Informática Español y Especialista en Contratación Internacional por el Programa de Alta Dirección y Gobierno Corporativo para Mujeres 2010 de la Universidad Externado de Colombia, terminó hace un mes su MBA en la Universidad de las Américas (UDLA). Para Rumazo, el conocimiento es fundamental para enfrentar los retos que el mundo exige.

Por eso, su otro rasgo predominante es, curiosamente, el férreo carácter, que le permite ser decidida en lo que se propone. Donde pone el ojo… Es así que en el 2008 tomó la decisión de salir del país hacia Colombia, donde tuvo que aprender a vivir en el entonces escenario marcado por la violencia del narcoterrorismo en las calles de ese país. “Una vez estalló un coche bomba cerca de donde vivíamos, mientras dormíamos. Literalmente, me caí, volé de la cama”, cuenta, ahora, con tranquilidad. En esa estancia de dos años trabajó como Gerente Legal y Relaciones Gubernamentales en Perenco, antes de lanzarse a una nueva aventura como Gerente Legal y Asuntos de Gobierno en la misma compañía. En Río de Janeiro, obviamente, se sintonizó a la perfección con la efervescencia del brasileño, algo que extraña hasta hoy, aunque también tuvo que convivir con los ecos de la violencia que bajaban desde las favelas.

Tras cuatro años, y ya con su hija en brazos, decidió regresar al país. Sentía que sus raíces, su familia y sus amigos la llamaban. Fue así como asumió la Gerencia General de Keyword, oficina que tomó con un puñado de colaboradores y ahora, después de ocho años cuenta con un staff de casi 30 colaboradores. Y fue en el trascurso de este tiempo cuando la minería, prácticamente por inercia, la flechó. “Siempre he tenido un gusto por el sector extractivo, ya sea minero, petrolero o en energías renovables también. Cuando regresé a Ecuador, me di cuenta que había una oportunidad súper grande en el sector minero, porque se estaba reactivando. El sector extractivo, a pesar de que genera muchísimos ingresos, es pequeño a nivel de ejecutivos en las ciudades, porque el fuerte está en el campo. Así que ha sido un sector generoso conmigo, porque al regresar al país me rencontré con personas que había trabajado antes”.

Los tiempos encajaron perfectamente. Tuvo el olfato de subirse a la cresta de la ola en el mejor momento que tuvo el impulso a la minería en Ecuador y empezó a involucrarse a fondo en la industria. “Lo que me gusta de la minería es el concepto de que se puede explotar algo que genera muchísimo beneficio para la sociedad. Ese es mi percepción de lo que debe ser la minería. Cuando es una actividad responsable, legal, se abren oportunidades para todo el mundo, es un camino para el desarrollo del país. Y si vamos hacia donde pensamos que podemos llegar, haciendo todas las cosas bien, puede ser un antes y un después para el Ecuador”.

Del otro lado, detesta lo que conlleva la extracción ilegal de minerales. “Lo penoso es que la gente, cuando habla de minería, pone en el mismo saco a la actividad ilegal con la responsable legal. Desde un punto de vista humano, la actividad ilegal es uno de los peores delitos que se puede cometer, porque conlleva trata de blancas, lavado de activos, esclavitud, narcoterrorismo, etc.. Esa parte me rompe el corazón, porque quienes viven de esto entran en un círculo del que es muy difícil salir. Como ecuatorianos debemos pensar en que los elementos ilegales no tienen ninguna consideración por el ambiente. No nos damos cuenta de cuenta de cuánto perdemos, en impuestos, en generación formal de empleo, en cómo pueden crecer las provincias, esa gobernanza debe venir de una minería regulada por el Estado”.

¿Qué le falta a la industria legal responsable desde la Comunicación para revertir esa idea? Rumazo considera que los esfuerzos que hacen las empresas son muy grandes, pero que definitivamente se necesita tener una comunicación conjunta con todos los stakeholders que trabajan en temas mineros. “Y cuando hablo de todos, es TODOS, eso implica desde los trabajadores mineros, hasta el Gobierno. Si no nos alineamos en lo que queremos decir, va a ser difícil que nuestro mensaje llegue a las personas que todo el tiempo están recibiendo otro tipo de información, que es más rápida y organizada. Nosotros, a veces, por intentar ser muy formales, nos demoramos en contestar y se posicionan mensajes que son completamente errados”.

Pese a ello es optimista, no pierde la esperanza. “Esto es algo que debemos hacer paso a paso. Siento que se ha caminado y vemos resultados, como en Zamora Chinchipe, provincia que pasó de ser una de las más pobres a ser la cuarta más dinámica económicamente. Eso es maravilloso y es algo que puede replicarse en todo el país. Me encanta las visitas de campo, porque es la única forma de comprender cómo funciona la minería responsable. Solo viendo y dándose cuenta del nivel de especificidad, de organización, de planeación, uno puede ver la dimensión, es admirable. Son compañías que cuidan hasta el último detalle y eso genera una cadena de valor completa. Trabajan con las comunidades, cuidan el medio ambiente, elevan el nivel de vida en las zonas de influencia. En Zamora, antes, la gente no tenía qué comer, se iba; ahora están regresando. Las mujeres ahora aportan al hogar, son más independientes, tienen doble ingreso en la casa y eso les cambia la vida. Hay casos donde trabajan mamá, papá e hijos. Son zonas que no tenían nada y ahora ven un circulo virtuoso y maravilloso”.

Cuando no trabaja, que es cosa rara, porque siempre su cabeza está en modo ‘hacer algo’, se dedica de lleno a su familia. “Soy un poco inquieta y estoy buscando siempre qué hacer para mejorar mis capacidades. Lo que más me gusta es poder aportar, ser activa todo el tiempo desde la esquina en la que esté, desde el trabajo hasta la obra social o lo que sea. Muchas personas no se dan cuenta lo beneficiadas que son y no son gratas. El no tener gratitud en el corazón nos vuelve egoístas o ciegos. Yo todos los días me levanto y agradezco por lo que tengo. Y aporto en lo que pueda”.

Eso sí, es implacable con la deshonestidad, en todos los colores y sabores, como dice. Cuando alguien no es honesto con sí mismo y con los demás crea un mundo que no es el correcto. Eso nos ha llevado a todo lo que vivimos ahora de corrupción”.

Tags:
Next Post

La EXPOMINAS del 2024 se pone a punto