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Nace un laboratorio minero energético en Ecuador

El 7 de agosto de 2023 se realizó el primer encuentro oficial entre especialistas del sector y estudiantes de la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE), de varias carreras de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería e Industrias, para dialogar y analizar la innovación social y potencialidad de los sectores de la minería y la energía.

Un encuentro entre estudiantes de la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE), de varias carreras de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería e Industrias, y dos especialistas en innovación social minera, Manuel Farías, director de Educación Técnica y Trayectorias Formativo Laborales de la Fundación Chile y Walter Rosenthal Navarro, gerente Fundador de Quintil Valley, fue el banderazo de partida del Laboratorio Social y de Innovación Energético Minero de la UTE.

Se trata de un espacio de mediación y construcción de transparencia, diálogo y liderazgo, en la que se integra a investigadores académicos y a diferentes actores tanto de la sociedad civil, como de los gobiernos, ONG u organismos regionales, para explorar ideas multisectoriales, multidisciplinarias y complementarias dentro de la industria minera y energética. También se lo ha planteado como un lugar para el establecimiento de agenda mediante la colaboración y construcción de conocimiento colectivo sobre las posibilidades que puedan existir.

La exministra de Minas, Rebeca Illescas, está al frente de este laboratorio. La Directora explica que el objetivo es levantar información, contrarrestar datos oficiales y académicos para que puedan ser conversados con los distintos actores. “Contamos con expertos, más un grupo de investigadores académicos de la universidad. De igual forma, estamos coordinando de manera transversal con todas las facultades relacionadas a estos temas, como la Facultad de Ingenierías, Ingeniería Ambiental, Derecho, entre otras. Tenemos un plan operativo, que responde a los objetivos planteados para el corto y largo plazo. Ya trabajamos en el levantamiento de información para el mapa energético, el desarrollo de la plataforma tecnológica, que nos permita socializar la información. Tenemos acuerdos con organizaciones de minería y energía, así como de temas académicos que nos ayudará a fortalecer las propuestas de innovación y capacidades”.

Según sus estimaciones, se espera que, hasta finalizar este año, el Laboratorio pueda tener un primer mapeo de la información, socializado y puesto a consideración de todos. En este tiempo, además, se organizarán encuentros de conversación con actores claves, que promuevan una reflexión seria y necesaria sobre el futuro de las industrias minera y energética.

PRIMEROS DÍAS

Illescas afirma que han sido días de intenso trabajo. “Pero tenemos experiencia en el tema, que nos permite definir con mayor celeridad objetivos y acciones para los próximos meses. En colaboración con aliados importantes como la AIME, WIM, la Fundación Chile, Quinty Valley y la Universidad Central de Chile, estamos definiendo prioridades y pasos a seguir. Hemos suscrito ya convenios y acuerdos con cinco organizaciones nacionales e internacionales”.

Específicamente, el Laboratorio se enfoca en tres ejes de trabajo:

  1. Unidad de transparencia. Contar con un mapa energético, con todas las variables relacionadas, donde se pueda discutir sobre gestión y política, gracias a la data levantada.
  2. Unidad de diálogo. Impulsar la creación de un espacio multisectorial que lleve a una conversación permanente sobre estos sectores, entender sus dificultades, miedos y posibilidades.
  3. Unidad de Liderazgo. Formar y capacitar a nuevos lideres y lideresas que quieran insertarse en el mundo de las energías, mirando a la innovación como una realidad, compartiendo experiencias nacionales e internacionales.

“Con la experiencia que tenemos como equipo del Laboratorio, así como de la propia Universidad, en colaboración con las organizaciones que hemos suscrito acuerdos, estamos trabajando en hojas de ruta y objetivos concretos, que no respondan a coyunturas políticas o sociales. Creemos que como ciudadanas y ciudadanos es nuestro deber tener un rol activo en los sectores más importantes para el desarrollo del Ecuador. Este es un proceso a largo plazo. Es una conversación necesaria, que debe ser responsable, respetuosa y con información desde la Academia. Lo primero era abrir este espacio, convocar a estas industrias y mirar en el corto y largo plazo cómo podemos aportar a una nueva forma de hacer gobernanza”.

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