René Ayala ingeniero en minas ecuador

Un ingeniero de minas que defiende la minería por sobre todas las cosas

René Ayala ha sido un baluarte dentro de la industria ecuatoriana. Incansable trabajador en el ámbito minero, sigue tejiendo redes para crear un ecosistema fuerte y que la sociedad comprenda los beneficios de la producción de minerales.

Leer la hoja de vida de René Ayala requiere tiempo. Su trayectoria a lo largo de 21 años es ilimitada: Ingeniero de Minas, tres maestrías (Gerencia de empresas con énfasis en el sector energético-minero, Gestión estratégica minera y Prevención de riesgos del trabajo), auditor en sistemas de riesgos del trabajo, Expositor y moderador en eventos internacionales de minería, múltiples certificaciones, varias menciones honoríficas y premios. Investigador, catedrático, consultor y fundador de su propia empresa en 2007 llamada Ferlat Corporation. Desde 2018 es Presidente de la Asociación de Ingenieros de Minas del Ecuador. Va por su tercer período, entre los que ha logrado implementar los programas Gestión Minera, para hermanar a las universidades, y Minería para Todos.

Y sigue: es el primer ingeniero certificado ante la Secretaría de Acreditación Ecuatoriana, para evaluar procesos técnicos mineros; ayudó en la creación de la Corporación Ecuatoriana de Recursos y Reservas Minerales, cuya meta es el ingreso de Ecuador, en octubre de 2022, en la Comisión Internacional donde actualmente están 17 países; lideró la creación del Día Nacional del Trabajador Minero Ecuatoriano (7 de septiembre de cada año), que, vía Acuerdo Ministerial, empezó a celebrarse desde el año pasado; cofundador de la iniciativa EIE Ecuador, miembro de la Sociedad de las Industrias; presidente del Consejo Consultivo de la Escuela de Minas, en la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol); ayudó en el diseño del reglamento de seguridad minera en el Ecuador; ha trabajado en las áreas minera, petrolera, construcción, hidroeléctrica; amante de la estrategia empresarial.

Oriundo de Tulcán, Ayala se decidió por la minería, luego de que un amigo de su padre le sugiriera sobre la profesión de petróleos y minas que, para entonces, 1991, tenía perspectiva de ser bien remunerada. Él, en el colegio, había estudiado electrónica. Siguió el consejo, pero en su óptica estaba dibujada el área petrolera. Fue con la visita a un proyecto minero a gran escala en La Maná, en su segundo año de universidad, que su visión cambió y se decantó por la minería. Incluso, le contagió ese gusto por la rama minera a su hermano menor, quien ahora es Ingeniero Geólogo.

Uno de los retos profesionales más complejos ha sido enfrentar el tema de las consultas en contra de la minería. “Hemos tenido que hacer plantones, unir a los actores mineros. Necesitábamos todo el apoyo y que otras áreas se sumen, la academia, las cámaras, empresas de servicio, profesionales en sí mismo. Haber logrado que nos unamos ha sido muy importante. Mi padre siempre me decía que si no llegaba al objetivo hay que cambiar la forma de llegar. Si seguimos aplicando lo mismo vamos a llegar al mismo punto, no avanzamos. En este caso, cambiamos las estrategias y realmente logramos fortalecer y consolidar al sector minera a escala nacional”.

Defensor de la minería responsable, Ayala sabe que cada persona ve a la industria desde su particular punto de vista y eso se respeta. Sin embargo, explica que es necesario distinguir a los antimineros radicales, con quienes no es posible dialogar. “Yo siempre pongo el ejemplo entre cristianos y testigos de Jehová: nunca van a ponerse de acuerdo. Si el cristiano dice ‘hay trinidad’, el testigo dice ‘no hay trinidad’. Es complejo. Afortunadamente, en la minería, hay muy pocos de este estilo. Dicen muchas cosas de la minería, pero su miedo se produce por falta de conocimiento”.

Considera que hay retos todavía para el sector, que podría potenciarlo aún más. Entre ellos, crear las condiciones para unir a las instituciones. Por ejemplo, la ventanilla única, podrías ser un “excelente momento y tema” para que el Ministerio de Ambiente, las municipalidades, las prefecturas, etc., se pudieran sentar a dialogar. “Al fin y al cabo, este problema de que las regalías no llegan a los municipios es porque sus unidades de obra pública no son especialistas en hacer proyectos para captar esos dineros conforme la Ley. Estamos trabajando con la Embajada de Canadá, para que, a través de una universidad de allá, se pueda traer expertos para que los municipios aprendan a construir proyectos y sean partícipes de estas regalías”.

Otro aspecto en los que Ayala considera que la industria nacional debe trabajar es en hacer funcionar al Consejo Consultivo. “Ese sería el vehículo para solucionar los problemas que a veces aparecen en torno a la industria. Todos queremos cuidar el agua, el ambiente, que haya trabajo, salud, educación y eso se consigue a través del desarrollo de proyectos mineros. La industria minera es donde más investigación se hace”.

Pero más allá de los vacíos que aún existen, él prefiere enfocarse en las oportunidades que tiene el Ecuador gracias a la minería. “Nuestro país es muy atractivo por los diferentes proyectos que existen. Son cinco que ya firmaron su carta de intención de inversiones. Nuestros proyectos quedan a distancias relativamente, por ejemplo, La Plata está a dos horas de Quito, por una carretera de primer orden. Los puertos se han venido preparando en los últimos cuatro años para competir y exportar los minerales. Puerto Bolívar antes no calificaba, y ahora ha hecho una inversión grande que transforma la infraestructura. Otra ventaja es la energía, 95% hídrica y la segunda más barata. La electricidad también es importante ya que hay una apuesta del Gobierno porque la minería es un cliente a mediano y largo plazo. Y finalmente, el talento humano, los ecuatorianos nos hemos venido preparando, hay buenos profesionales. El trabajador es muy dedicado, cumplido, responsable. Y eso es lo que busca la industria”.

A Ayala le gusta mucho la metalurgia, porque, dice que es apasionante ver cómo se recupera el oro, cómo se comportan los minerales. También le encanta la gestión estratégica, donde se ha especializado y desarrollado. Y, cuando logra alejarse un momento de su enfoque en la minería, es un aficionado a la lectura, especialmente de temas como la Psicología, porque le permite comprender a las personas. “Los fines de semana los dedico a mi familia. Tengo un hijo que es autista, que es otro reto que me ha puesto la vida. Le dedico algún tiempo a ver los documentales de National Geographic. Ah, y me encanta el basquetbol, que lo practico desde la escuela porque ayuda a conjugar muchas habilidades y razonamientos, y la comida de campo”.

Tags:
Next Post

‘Esta década es la década del boom de la minería responsable en Ecuador’