Hassan Becdach mineria ecuador

Él es uno de los ‘cuatro gatos’ que forjaron al actual sector minero ecuatoriano

Hassan Becdach se ha ganado un sitial de precursor de este sector. Inició su vida profesional creando la compañía HJ Becdach. Más de cuatro décadas organizando ferias, eventos y congresos nacionales e internacionales.

Quiteño de 73 años. De ascendencia libanesa. Se mantiene imparable recorriendo cada rincón en las ferias y conferencias que organiza. Hassan Becdach, camina de un lado a otro verificando agendas en su smartphone, recibiendo a embajadores, ministros, a los CEOs más importantes del sector y a líderes comunitarios; para todos existe siempre una sonrisa que se siente a pesar de las mascarillas, abrazos cortísimos y palabras de aliento para los más jóvenes.

En medio de esta vorágine, se permite rememorar los inicios del sector que ahora está posicionándose, con cifras a la vista, como el puntal para el desarrollo económico del país. La industria minera ecuatoriana tal como se la vive, cuenta, nació con un propósito: aprovechar la riqueza, protegiendo la biodiversidad y los recursos naturales. Esto, porque el desarrollo económico -en la historia reciente- se ha basado en el petróleo y se cree en la minería como el nuevo puntal para el crecimiento.

El proceso de exploración para consolidar lo que, ahora, es un sector emergente, inició hace más de 15 años. En aquel tiempo, junto a geólogos y expertos en explotación de recursos minerales, promulgaba que la geografía ecuatoriana -compuesta por hoyas, cerros y valles, en la costa y en el oriente- albergaba una infinidad de minerales, principalmente los que más valor comercial tienen en el mundo: cobre y oro.

Así, con aquella convicción de que se debía actuar urgentemente para promover la minería como una solución a la pobreza económica de Ecuador, y luego de visitar los yacimientos en la Cordillera del Cóndor, Becdach convenció a las dos empresas mineras que existían en aquel entonces: Aurelian Ecuador (Lundin Gold) que opera Fruta del Norte y ECSA, que trabaja en Mirador; junto a cuatro empresas pequeñas de servicios, para crear la primera edición de ExpoMinas, en el 2008.

‘Los cuatro gatos’

La Asamblea Constituyente de Montecristi, en 2008, declaró el Mandato Minero como una acción política para suspender por 180 días la actividad minera. Esto llegó un mes antes del lanzamiento de la primera feria minera ExpoMinas. Ante ese hecho, y con la moral del sector por los suelos, pocos empresarios decidieron apostar por la consolidación de la Feria.

A estos empresarios que siguieron creyendo a pesar de las circunstancias adversas, Becdach, con mucho cariño los llama “Los cuatro gatos”, aunque en realidad alcanzan a la docena, incluyéndolo. Estos personajes son David Larenas, Leonardo Elizalde, Jorge Barreno, Laura Zurita, Diego Benalcázar, Santiago Yépez, Raúl de la Torre, Kurt Freund y Fredy Salazar; aunque espera no olvidarse de alguien más. En sus palabras, han sido ‘Los cuatro gatos’ los que han forjado esta industria desde cero.

Ellos trabajaron en un proceso contracorriente, pues, con el Mandato Minero se posicionó un discurso de desinformación contra la minería y las empresas serias que la venían desarrollándo en el país. Esta escalada de opinión negativa para el sector, promovida por varios actores políticos que ocupaban sitiales importantes en el gobierno de aquel entonces, no apuntaba a combatir el principal enemigo de la industria que es la minería ilegal. Desde el inicio y hasta ahora, este grupo se mantiene en el incesante trabajo por otorgarle al sector minero el sitial que merece: la reina de todas las industrias, porque está claro que sin minería no puede existir nada.

“Pero no nos quedamos en la opinión. Actuamos. En 2008, mientras el sector se enfrentaba a la forzosa paralización de actividades, por nuestra parte comenzamos a dar pasos firmes. En ese momento trajimos al país expertos legales de Chile y Perú que estaban especializados en temática minera. Esto, para que comiencen a redactar las propuestas legales para la Ley y el Reglamento Minero que fueron acogidas por el Gobierno”, indica Becdach.

Frente al escenario adverso, los pocos actores del sector se mantuvieron pujantes y muestra de ello fue que para la feria de ExpoMinas, en 2009, se contó con la participación de 36 empresas. A la par, Becdach inició periplos por Chile, Perú, Canadá y México con el objetivo de invitar a empresas para que vengan a invertir en Ecuador.

No somos mendigos sentados en sacos de oro

Hassan Becdach dice estar convencido que la solución para la falta de empleo en el Ecuador es la minería, y que para ello se necesita atraer a más empresas mineras, tanto pequeñas, medianas y grandes; a todas las que sean responsables con el país. Los ecuatorianos, añade, deben actuar para dejar de creer que son mendigos que padecen hambre mientras están sentados en sacos de oro. Los mineros de este país se enfocan en presentar soluciones para generar empleo. Son proactivos, se reúnen para dialogar y crear soluciones, dialogan con gremios, cámaras y el Gobierno. Todo esto mientras buscan aliados internacionales para atraer capitales externos.

Ahora se percibe al sector minero como un grupo de seres humanos que está organizado, unido y con objetivos claros de beneficio para Ecuador. “Si los llamados anti mineros y pseudo ambientalistas son cien, nosotros somos miles, exactamente somos 50.000, porque ese el número de familias las que actualmente cuentan con plazas de trabajo fijas gracias a la minería responsable y ese número duplica o triplica si tomamos en cuenta a las familias que viven de la provisión de productos o servicios para las mineras”.

Estos logros se destacan frente a las altísimas complejidades que han sorteado y que son propias de la dinámica del negocio. La minería responsable tiene tres grandes retos: por un lado, está el aspecto tecnológico pues las empresas mineras requieren de insumos con tecnología de punta para lograr sus propósitos ambientales y de aprovechamiento en cada onza de material extraído.

Luego, está el reto correspondiente a las inversiones. Cada firma que participa del sector tiene en juego inversiones multimillonarias de alto riesgo y de largo plazo. El tiempo promedio para iniciar con la explotación y exportación de minerales tarda entre 12 y 14 años.

Y, por último, está el aspecto de la seguridad jurídica. En Ecuador, los incesantes cambios gubernamentales de autoridades, la creación y desaparición de carteras de Estado como el Ministerio de Minas y el cierre del catastro minero de 2018, han generado dudas en las grandes empresas lo que, incluso, podría haber postergado las inversiones.

“Ahora vemos, con mucho optimismo, la posición del actual Gobierno del Presidente Guillermo Lasso, y del Ministro de Energía y Recursos Naturales, Juan Carlos Bermeo; para abrir el catastro minero en 2022, lo que ciertamente asegura más inversión para el país”, dice Becdach y acota que otro de los retos a los que se ha enfrentado el sector minero es la presencia de ‘políticos oportunistas’ que manipulan la opinión de las comunidades en varios sitios del país. Estos malos líderes, que se oponen al desarrollo responsable, incluso, hasta han llegado hasta las amenazas a los actores de la minería responsable por el trabajo que realizan. Sin embargo, no se han dado por vencidos e incluso, en medio de la pandemia, lograron que la minería crezca con el inicio de exportaciones, la compra de insumos y la generación de más plazas de trabajo.

Además, como indica, están comprometidos por luchar frontalmente contra la minería ilegal que, únicamente, beneficia a narcotraficantes, abogados inescrupulosos y mafias constituidas para la explotación laboral. Además, está todo el trabajo que se debe seguir haciendo con las comunidades en seguir apoyándolas para que conozcan los beneficios reales de la buena minería. Un ejemplo son las comunidades aledañas a Fruto Del Norte, en Los Encuentros, que gracias a la minería se ha consolidado como el lugar de mayor crecimiento en salarios para sus pobladores, con obras civiles desarrolladas por la empresa minera para la comunidad y principalmente la visión que van generando en niños y jóvenes, sobre el que ahora tienen un futuro laboral claro. Lo mismo sucede en las comunidades de Imbabura que están vinculándose a las grandes empresas mineras, no solo se benefician por plazas laborales directas sino por el empleo que se generan con proveedores de servicios, insumos, transporte, entre otros. Cuando las comunidades conocen ejemplos reales de los beneficios, es entonces cuando dejan de creer en mitos infundados.

‘Seguiré trabajando’

Hassan es claro al consultarle sobre su legado: “El Ecuador que quiero dejar a mis hijos y a mis nietos, es un país encaminado al progreso, porque todo se gana trabajando. Un país lleno de empleo para sus ciudadanos y con un sentido claro de respeto a la naturaleza, que cuide principalmente al ambiente y que tenga responsabilidad social. Este aspecto es fundamental para mí, porque ser responsable con nuestra sociedad significa dar empleo, pagar a tiempo los sueldos, a cumplir con la seguridad social y cumplir cabalmente las leyes”.

En ese sentido, el concepto de responsabilidad debe estar presente en los gobiernos que vendrán los siguientes años. Ecuador requiere de gobernantes con una visión de futuro para el sector minero, de apoyo a las comunidades, y que otorgue la estabilidad y garantías necesarias para las empresas que vienen a invertir grandes capitales. Esto se traducirá en una mejor economía.

Para el 2022, Becdach tiene las mejores expectativas, a tal punto que ya tiene previstas las fechas para la realización de la ExpoMinas y la Oil&Power, en julio y octubre, respectivamente. El próximo año, indica, será el de la recuperación total para el sector minero por las declaraciones del actual Gobierno sobre la apertura del Catastro Minero en los próximos meses. Aquello otorgará seguridad jurídica para las empresas inversionistas y atraerá a grandes capitales internacionales.

Como sector minero, el 2022 será un año de avances a fin que en el 2025 se logre superar la meta de generación de 100 000 empleos directos, con la operación plena de cuatro o cinco empresas, y alcanzar los USD 4 000 o 5 000 millones en exportaciones.

“Seguiré trabajando incansablemente, y como desde hace más de 40 años, para que el sector energético siga creciendo”, dice Becdach y añade que lo seguirá haciendo junto al apoyo de más ecuatorianos visionarios y comprometidos, como “Los cuatro Gatos”. Además, está seguro que seguirá transmitiendo ese espíritu de responsabilidad para los jóvenes, para las nuevas generaciones, que se siguen sumando al sector minero.

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